La realidad social actual nos lleva a entender que existen diferentes tipos de familias, con diversas realidades, historias y recursos; sin embargo, se puede asegurar que aún con el paso de los años, la esencia de la razón de ser de esta Institución tan importante, no cambia; su objetivo sigue siendo el mismo.

Comúnmente se le define a la familia como un grupo de personas que están unidas ya sea por un vínculo consanguíneo o un vínculo constituido legal o socialmente, que comparten objetivos de vida en común. Sin embargo no podemos perder de vista que su plan no queda solamente ahí, la familia es una entidad creada por Dios con el propósito sembrar los valores de vida en el corazón de los niños y adolescentes, para que los padres pongan en práctica sus mejores estrategias, para formar las bases espirituales y emocionales de todas las personas; para consolar, para motivar, para fallar y ser corregidos, para brindar y recibir apoyo, para aprender de individualidad y colectividad, para desarrollar juntos el propósito de vida de cada uno de sus miembros, para construir sueños y cumplir proyectos de vida; esto dentro de muchas cosas más que se pueden mencionar.
Comprendiendo que la familia es el círculo de influencia más poderoso en la vida de las personas, así como el principal proveedor de todos estos recursos, hoy más que nunca tenemos en nuestras manos el gran reto de seguir resaltando su valor y reconocer la necesidad de dejar un legado a las próximas generaciones; este legado que se construye día a día, dejando memorias en la mente de nuestros hijos y que les permitirá seguir haciendo de la familia un refugio, un lugar de aprendizaje, familias que desarrollen un apego emocional saludable, que potencien las habilidades de cada uno de sus miembros, que brinden herramientas para enfrentar los desafíos de la vida y sobre todo un espacio donde se fomente la relación constante con Dios.
Recordemos que La Biblia nos enseña en Deuteronomio 6: 4-9, la importancia de desarrollar una vida espiritual en familia, primeramente guardando su palabra en nuestros corazones, y luego transmitirla a nuestros hijos aún en los momentos más cotidianos de la vida. De esta manera podemos estar seguros que daremos la mejor herencia a nuestros hijos y que en todo tiempo, la familia será lo mejor para ellos.
Adelante familias de CRCS, sigamos construyendo juntos mejores generaciones.
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